Groserías de Víctor Mesa
Roberto Quiñones Haces
GUANTÁNAMO, Cuba, junio, www.cubanet.org
En Cuba se están celebrando los juegos de la post temporada del
campeonato nacional de pelota. Villa Clara se enfrenta a Cienfuegos, y
Sancti Spíritus a Matanzas. Al terminar los partidos, se realiza una
conferencia de prensa con los dos managers y algunos peloteros,
comenzando siempre por el equipo visitador. Hasta ahora, las
realizadas han dejado mucho que desear, pues los conductores y
algunos periodistas se han mostrado inseguros, no se escucha bien lo
que se pregunta, las cámaras no enfocan a los periodistas y a veces
las preguntas evaden aspectos medulares del juego.
En la conferencia de prensa celebrada en el estadio José Antonio
Huelga, el pasado 29 de mayo, Víctor Mesa, manager del equipo
Matanzas, reaccionó de forma poco ética ante una pregunta del
periodista Oscar Castañeda, de Radio Sancti Spíritus. Éste inquiría
sobre la rápida extracción del box del lanzador Félix Fuentes,
cerrador estrella del equipo.
Las reacciones irrespetuosas de Mesa son algo habitual, y más que a
una lógica consecuencia de su falta de educación, se deben a la
seguridad y prepotencia de que hoy disfruta, por haber sido designado
manager del equipo nacional hasta el 2017, aunque como manager no ha
demostrado nada, pues ha discutido más de seis campeonatos al frente
de Villa Clara, clasificó el año pasado con el equipo Matanzas para la
etapa final, y hasta ahora no ha ganado ninguno.
En Cuba, hay managers de mucho más prestigio y conocimientos que
Víctor Mesa, como lo son Jorge Fuentes, Eduardo Martín y Pedro Jova,
entre otros. Pero de todos los que hoy dirigen, es él quien le ha
caído en gracia a la Comisión Nacional, y eso es una especie de
patente de corso.
Estando como director del equipo Villa Clara, Víctor Mesa comenzó a
mostrarse irrespetuoso no sólo con los árbitros, sino también con sus
propios peloteros. Se dice que Ariel Pestano, el mejor cátcher de
Cuba, lo paró en seco en una ocasión, y que esa es la causa por la que
fue excluido del equipo que asistió al último clásico mundial.
A Víctor no le ha bastado maltratar de palabras y hasta con golpecitos
ultrajantes a sus propios peloteros, ante las cámaras y ante estadios
repletos, sino que ha llegado al extremo de lanzarle tierra a un
árbitro. Tanta desfachatez ha despertado muchas reacciones en su
contra, por parte de la afición. Pero su caso no es único. Se han
fabricado falsos paradigmas en todas las esferas de nuestra sociedad,
y el campo del deporte no está exento de ello.
Tenemos muchos médicos, juristas, científicos, deportistas y
dirigentes con títulos académicos, pero con una incultura e
incivilidad extraordinarias. Otra cosa no puede esperarse de una
sociedad que privilegia la entrega incondicional a los líderes y al
partido por encima de la decencia y la cultura. Basta oír hablar a
esas personas para percatarnos de que sus títulos académicos son
ficticios. Lo que en otros países cuesta mucho trabajo obtener, aquí a
veces ha sido regalado, teniendo en cuenta únicamente los méritos"
revolucionarios" del beneficiado.
Higinio Vélez, uno de los managers con perores resultados al frente
del equipo Cuba, lleva años al frente de la Comisión Nacional de
Beisbol, y es el primero que debía exigirle respeto a Víctor Mesa.
Pero se trata del mismo hombre que durante la celebración del
penúltimo clásico, en Puerto Rico, se tocó groseramente los genitales
en señal de protesta por una decisión arbitral, lo cual fue
amplificado por televisión a todo el mundo y provocó su expulsión del
partido.
También recuerdo al Dr. y profesor emérito de boxeo, Alcides Sagarra,
en un campeonato mundial celebrado en Houston, Texas, gritar
constantemente a los árbitros las palabras más soeces del idioma
español. Y por supuesto que recuerdo al árbitro cubano que en el juego
de pelota contra los Orioles de Baltimore, en los EUA, agredió
violentamente a un ciudadano que había salido al terreno con un cartel
en contra del gobierno cubano, o lo ocurrido con Ángel Volodia Matos,
quien, en una Olimpiada, golpeó a un árbitro. Ambos fueron recibidos
como héroes y elogiados públicamente por Fidel Castro.
El empoderamiento sin control, en cualquier esfera de la vida,
engendra prepotencia y actitudes reprochables como las que hemos
narrado. Esa es la causa primigenia de las actitudes irrespetuosas de
Víctor Mesa, quien en definitiva no ha hecho más que imitar lo que
durante su vida vio hacer a muchos de los dirigentes cubanos.
miércoles, 5 de junio de 2013
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