Por IVETTE LEYVA MARTÍNEZ.
Foto: Blog Fotos desde Cuba.
Iván González había preparado su regreso a Cuba cuidadosamente. Tenía todo previsto y calculado, menos la posibilidad de ser devuelto a Miami en el mismo avión, sin siquiera poder ver de lejos a sus dos hijos pequeños.
Personas se congregan en el aeropuerto José Martí para esperar la llegada de familiares desde Estados Unidos.
Casos como el de Iván -nombre ficticio a petición del testimoniante- no son inusuales entre emigrantes cubanos que regresan a la isla. El hombre se fue como balsero hace dos años y medio y a su llegada al aeropuerto de Camagüey, las autoridades de inmigración cubanas le informaron que debió haber esperado entre cinco y ocho años para poder regresar.
“No entiendo nada. Si no podía regresar, ¿por qué me dieron visa? Además, otros socios míos balseros han vuelto y los han dejado entrar”, comentó Iván a Café Fuerte desde su casa en Hialeah. Otro viajero de ese vuelo corrió la misma suerte: ambos fueron retornados en el mismo avión.
Sólo entre trámites consulares y pasaje, Iván gastó más de mil dólares: “Y ahora ¿quién me los devuelve?”, se preguntó compungido.
El retorno forzado no es un fenómeno nuevo, pero sí cada vez más visible desde que el gobierno de Barack Obama levantó en abril del 2009 las restricciones de viaje a la isla, impuestas por la administración Bush cinco años antes. La autorización de las visitas familiares sin límites de frecuencia ha provocado un incremento sustancial en la cantidad de viajeros, pero también de los casos de personas devueltas inmediatamente después de aterrizar en Cuba.
Cientos de Retornados.
Semanalmente, unos 25 vuelos salen de Estados Unidos con destino a La Habana y otros cuatro aeropuertos cubanos: Cienfuegos, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. Ocho compañías de vuelos fletados operan desde Miami.
Uno de los operadores de vuelos charters calcula que entre enero y agosto se superó la cifra de visitantes a Cuba del 2009, que fue de unos 2oo mil. El empresario, quien pidió no ser identificado, cree que a fines de este año 300 mil cubanos habrán visitado la isla.
De estos, cuatro o cinco son devueltos cada mes en los vuelos de su compañía, y la mayoría de los retornos registrados se reportaron en vuelos a la provincia de Camagüey. Antes de la eliminación de las restricciones de viajes, sólo una o dos personas eran devueltas mensualmente, precisó.
María Aral, dueña de ABC Charters, declaró a Café Fuerte que la cifra se mantiene entre 1 y 2 viajeros retornados cada mes.
El empresario Pedro González Munné, director de Cuba Promotions -compañía de publicidad y mercadeo de viajes y negocios con la isla-, considera que una cifra considerable de cubanos se ha visto afectada por la medida.
“Este es un fenómeno que se viene dando desde hace hace tiempo, pero que se ha incrementado en los últimos años. No hay cifras oficiales, pero anualmente son cientos los cubanos devueltos”, afirmó González Munné. “Hay miles de familias cubanoamericanas que no tienen entrada a Cuba y eso es un problema serio en esta comunidad, porque la gente que ha llegado en los últimos 15 años son fundamentalmente emigrantes económicos”.
Cuba revisa algunas solicitudes caso por caso cuando se trata de personas con familiares cercanos gravemente enfermos en la isla, y les concede una visa humanitaria.
La Sección de Intereses de Cuba en Washington no respondió las llamadas y mensajes electrónicos de Café Fuerte.
El Departamento de Estado dijo que no tenía conocimiento de los retornos y que por lo general recibe este tipo de información a través de los viajeros.
Aplicación Selectiva.
El origen de los retornos forzados data del 26 de agosto de 1999, cuando el gobierno cubano comunicó a seis agencias de viajes que los cubanos que salieron ilegalmente de la isla después del 9 de septiembre de 1994 no podrían regresar. La prohibición es indefinida.
El gobierno cubano dijo entonces que la política estaba diseñada para desestimular la emigración ilegal. La medida no forma parte de los acuerdos migratorios de 1994.
Cuba aplica la regulación de 1999 de manera selectiva. Un gran número de los viajeros que llegan al país han emigrado ilegalmente a Estados Unidos en años recientes, pero sus visitas aportan ingresos en divisas a la economía del país.
De acuerdo con los testimonios recogidos por Café Fuerte, la mayoría de los afectados por los retornos forzosos lleva poco tiempo viviendo en Estados Unidos y son residentes legales del país, no ciudadanos.
Muchos casos son de personas que han mentido en el proceso de habilitación del pasaporte y al llegar a Cuba están en una base de datos que no les permite la entrada. Otros casos son las llamadas mulas, personas que van regularmente a hacer negocios y han sido identificadas por las autoridades cubanas.
Iván salió de Cuba en un viaje de contrabando marítimo y en la solicitud escribió que había recibido visa de un país centroamericano.
Osmani Viciedo pudo viajar en mayo a su natal Ciego de Avila, donde vive su familia, luego de apenas dos años de residencia en Miami. Llegó a Estados Unidos en una operación de contrabando en el 2008, luego de 10 intentos de salida ilegal y un arresto temporal por el mismo motivo en el 2006.
“Como sabía que podían virarme, dí todos los datos cambiados y registré la estancia en la casa de la familia de mi esposa en Cienfuegos y volé a La Habana”, contó Viciedo. “De todas formas, a los dos días de llegar a Ciego de Avila, fueron dos mayores del Ministerio del Interior con una citación para entrevistarme, pero no me encontraron y al otro día me fui de allí”.
Dos días después, logró salir por el aeropuerto “José Martí” de La Habana sin ninguna dificultad.
En ocasiones, las autoridades cubanas niegan el permiso de entrada (habilitación del pasaporte) a través de su sección consular en Washington. Verónica Cervera, autora del blog Evidencias -dedicado a documentar la violación por parte del gobierno de Cuba del derecho de cada cubano a entrar y salir libremente de su país- ha expuesto el caso de su madre, a quien en numerosas ocasiones le han negado el retorno a Cuba, sin explicación de por medio. La mujer salió ilegalmente de la isla en 1999.
La mayoría de los afectados no pierde la esperanza de volver a Cuba y vuelve a intentarlo al cabo de unos años. Esa podría ser la razón por la cual evitan reportar el problema a las autoridades estadounidenses, y se escudan en el anonimato al hablar con la prensa.
“Figúrate, tengo que seguirlo intentando, es la única manera de poder ver a mis hijos que son chiquitos, ¿qué remedio me queda?’ , comentó Iván.
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