Sí, me duele.
Elaine Díaz.
He intentado disimularlo. Dios sabe que lo he intentado tan fuerte que apenas una persona ha podido notar el dolor. Pero me duele, y sigue doliendo y no parece que vaya a pasar por un buen tiempo. Primero fue el encuentro en Chile. La invitación era para nativos digitales de cualquier lugar del mundo. Ni siquiera debías ser académico o periodista. Ser bloguera fue el único motivo para que me seleccionaran. Saldría un viernes y regresaría el domingo. Apenas tres días de intercambio con once habitantes del planeta sobre experiencias en el universo digital. Pero mi condición de adiestrada me lo impidió.
En el año 2009, el actual Ministro de Educación Superior dictaminó que los adiestrados no podrían realizar estancias de investigación hasta superada esta condición. Limitaba así la salida de los jóvenes a becas de maestría y doctorados, pero no a eventos puntuales o la recogida de premios. Meses después, el Rector de la Universidad de La Habana incluyó dentro de esta resolución la salida a cualquier país para eventos, investigaciones, etc. por parte de los adiestrados.
Nueva York fue menos doloroso. Ya estaba preparada para el no, pero no desistiría fácilmente. Organizado por el Bildner Center de la City University of New York el evento Cuba futures: past and present incluía una mesa para discutir sobre la blogosfera cubana. Tuve el honor de ser la única cubana residente en la isla que presentaría una ponencia sobre este peliagudo tema. Circunscrita fundamentalmente a los blogs mantenidos por periodistas, el evento parecía la plataforma ideal para mostrar espacios en Internet críticos, comprometidos por voluntad propia y no por obligación con un proyecto socialista de país y con nula representación mediática.
Hubiera querido contar las experiencias de Luis Sexto, con 69 años descubriendo desde 2005 "para qué servía la cadenita de Blogia" y su necesidad de "escribir cada tres días". Hubiera querido mostrar aquellas zonas ocultadas intencionalmente para dar la idea de una isla monocromática. Hubiera deseado hablar de los esfuerzos de Leandro Estupiñán, desde Holguín; los artículos costumbristas de Juan Morales Agüero, en Las Tunas; los actuales posts de Katia Monteagudo en Destino Cuba. Pero una regulación me lo impidió.
Es domingo. Afuera intenta llover. Leo nuevamente el último correo pidiendo confirmación de llegada a Barcelona para el McLuhan Galaxy, un evento que pretendía celebrar entre académicos la obra de este reconocido autor a 100 años de su nacimiento. Carlos Scolari, investigador español, asegura que "no cabe duda de que nos encontramos ante uno de los eventos más destacados del 2011 en el sector de los estudios de la comunicación".
Cierro del FeedDamon para no ver más nombres: la conferencia inaugural de Manuel Castells, la presencia de Javier Díaz Noci, Alejandro Piscitelli, Nuria Almiron… El mano a mano con "ponentes de primer nivel mundial" se me cuela entre los huesos. Cuando recibí la tercera negativa le confesé a mi decano que me dolía mucho, y que ese dolor duraría tiempo para curarse. Casi tres meses después, la herida no sana.
Hace una semana defendí ante mis profesores la clase que culminaría con mi condición de adiestrada. En unos meses los motivos para no asistir a eventos deberán ser otros. Pasaré la dura prueba del Ministro y el Rector pero no puedo evitar pensar en los que vienen detrás, que sentirán los sueños más puros del mundo postergarse por medidas tomadas sin el concurso de aquellos a quienes perjudican.
Hace unos segundos soñé que había caminado por Chile, por New York, por Barcelona. Soñé que no existía una medida que limitara la superación por edad, sino por capacidad profesional. Soñé con mis clases después de intercambiar con aquellos que son bibliografía obligatoria para estudiar la comunicación hipermedia. Soñé con el rostro de mis alumnos, llenos de admiración y respeto. Soñé con un doctorado antes de los 30 años, mi única ambición, tan alejada de los 2 carros y 3 casas que otros creen forman el único imaginario posible para la juventud cubana actual.
Pero desperté… y la resolución todavía seguía allí.
1 comentarios:
Lo publico en mi blog http://napoleon03.wordpress.com/
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