Agencia EFE. La Habana.
Al menos diez presos políticos no quieren abandonar Cuba cuando sean excarcelados en el proceso comprometido por el Gobierno de Raúl Castro para liberar a 52 opositores, dijeron hoy a Efe fuentes de la disidencia interna.
De esa decena de prisioneros, cuatro se lo han comunicado ya al cardenal Jaime Ortega -máxima autoridad católica de la isla- cuando éste les llamó para saber si viajarían a España al ser liberados, según Elizardo Sánchez, portavoz de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).
Se trata de Pedro Argüelles, Eduardo Díaz Fleitas, Regis Iglesias y Arnaldo Ramos, de acuerdo a los datos recabados por la CCDHRN.
La Iglesia católica no ha confirmado esta información y hasta el momento su papel como portavoz del proceso de excarcelaciones es divulgar el nombre de los presos que viajarán a España, tras ser consultados por el cardenal Ortega.
Además de estos cuatro presos, al menos seis más, pero que aún no han recibido la llamada de Jaime Ortega, han anticipado ya su deseo de quedarse en su país cuando sean liberados.
Entre ellos está Óscar Elías Biscet, médico de profesión presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos.
Al parecer de Elizardo Sánchez las primeras consultas a presos que ha hecho Ortega se han dirigido al grupo de presos "más propensos emigrar".
El portavoz de la CCDHRN supone que los prisioneros que rehúsen viajar a España volverán a sus casas en Cuba cuando sean liberados.
Desde el jueves 8 de julio y hasta este miércoles, la Iglesia católica ha divulgado el nombre de 20 presos que han accedido a viajar a España, acompañados de sus familias, al salir de la cárcel.
De ellos, nueve ya se encuentran en España: los primeros siete llegaron el martes 12 de julio y otros dos lo hicieron hoy miércoles.
Es previsible que entre hoy y los próximos días se produzcan las excarcelaciones y viajes de los once cuya liberación ha sido anunciada.
El Gobierno de Raúl Castro anunció la semana pasada que liberará gradualmente a 52 presos políticos en un plazo máximo de cuatro meses.
Ese compromiso es fruto de las conversaciones abiertas entre el Gobierno del general Raúl Castro y la Iglesia católica y apoyadas por el Ejecutivo español, que ha aceptado recibir a todos los presos que quieran viajar a España.
Todos los disidentes que serán excarcelados pertenecen al Grupo de los 75, como se conoce a los opositores que fueron condenados a penas de hasta 28 años de prisión en la ola represiva de la conocida como Primavera Negra de 2003.
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