domingo, 25 de abril de 2010

Los Aldeanos en Concierto en La Habana.

Los Aldeanos en Concierto.

Por Regina Coyula.

Llegó el día. O la noche. Los Aldeanos en el Acapulco. Las entradas se pusieron a la venta ayer al mediodía. Tempranito en la mañana, el frente del cine Acapulco fue cercado con pesadas vallas de metal amarradas entre sí. Los fans del grupo habían acampado en la madrugada para asegurar sus entradas. A las diez de la mañana los jóvenes rebasaban la acera y buscaban la sombra del parque en frente. A las doce abrieron la taquilla y no hubo altercados en la cola entre otras cosas por la cantidad de policías.

Aunque sólo vendieron dos entradas por persona, a las dos de la tarde declararon vendido el espacio. La mayoría de los que habían estado allí desde tempano no se movió; tenía que haber un error, puesto que según los cálculos, no se había vendido ni la tercera parte de la capacidad de la sala. Pero se trata de Los Aldeanos, y con Los Aldeanos era de esperar el despliegue policial y el cine-teatro copado por personas a quienes no les interesan Los Aldeanos, pero que estuvieron allí para evitar que a quienes sí le interesan Los Aldeanos se salieran del libreto.

Intro. Arrancan con Los Aldeanos y su primer éxito: A veces sueño. Siguieron con un potpurrí de temas todos muy conocidos; continúa con Palas Mikis. Un momento de emoción y recogimiento en medio de tanta electricidad fue la petición de silencio por los que ya no están, y a continuación Miseria Humana. Entra El Relevo de Nuevo Vedado, raperitos invitados con una canción acerca del medio ambiente. Después de los niños, Al2 y El B cantan Niñito Cubano. Entra un bloque con los invitados: Raudel, Papá Humbertico, Maykel X3mo, El Enano Silvito el Libre. Para mantener la temperatura siguió El Atropello, Pésima conducta, Vereda Tropical, Mi País, Tranquilo, Mangos Bajitos, Fue un Placer y Pasa el Borrador. No fue un concierto complaciente aunque me quedé con las ganas de Viva Cuba Libre.

Decir que Los Aldeanos están fuera de serie es redundante. Y su público, (no todo el que podía entrar, no todo el que debía estar) con una devoción casi mística, a una petición de sus artistas se portó bien. El concierto fue tranquilo pero con muy buena vibra, como si todos creyeran que portándose así vendrían nuevas y mayores presentaciones.

A la salida los esperaban cientos de jóvenes que se quedaron sin entrar al concierto y no abandonaron el frente del cine y el parque al otro lado de la avenida, mezclados con policías de uniforme y los infaltables de civil, apoyados por militantes del Partido de los núcleos de barrio, aburridos y ajenos a lo que los mantenía fuera de casa. Esos jóvenes esperaron pacientes para ver salir a sus ídolos, con un poco de suerte saludarlos, y tratar de hacerse una foto para enseñarla a los nietos y decirles: Yo estuve allí.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

PROPUESTA PARA UN ESTATUTO DE AUTONOMIA DE CUBA

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