Por: Miriam Leiva
La Unión Europea decidió posponer su determinación sobre la política que seguir respecto al gobierno de Cuba hasta septiembre; unos tres meses para esperar los resultados de las negociaciones en curso entre la Iglesia Católica Cubana y el gobierno. Ante el inmovilismo, se auguraba que la UE este 14 de junio prorrogaría un año más la decisión adoptada en junio de 2009.
El fallecimiento de Orlando Zapata Tamayo y la represión incrementada en 2010 convulsionó la opinión pública internacional, y afianzó la convicción acertada de las autoridades en muchos de los 27 miembros de la UE, destacadamente de Francia, Alemania, Suecia y la República Checa, de que la presión de España por derogar la Posición Común de 1996 no se correspondía con la situación en Cuba.
Sin embargo, surgió una posibilidad totalmente única, al pronunciarse la Iglesia Católica Cubana sobre la necesidad de procurar solución a la crisis política, económica y social existente en el país, cuando el Cardenal Jaime Ortega expresó en una entrevista en Palabra Nueva que existe un consenso nacional sobre la necesidad de cambios, y sobre todo al dirigirse al gobierno para procurar una solución a la huelga de hambre de Guillermo Fariñas, el descomunal hostigamiento a las Damas de Blanco y la necesidad de liberar a los prisioneros de conciencia y políticos. A comienzos de mayo se iniciaron inusuales negociaciones, que llegaron al más alto nivel con la entrevista de más de 4 horas del Presidente Raúl Castro y los máximos representantes católicos cubanos, publicada en los medios nacionales.
Si bien los pasos han sido lentos y aún distan mucho de lo requerido, denotan un proceso en progreso. 12 de los 17 prisioneros de conciencia (de los 75, llevados injustamente a las cárceles en marzo de 2003) lejanos a sus lugares de residencia han sido acercados, y algunos de ellos se encuentran en centros de internamiento algo más humanos. Ariel Sigler Amaya, en muy precario estado de salud, recibió licencia extrapenal el 12 de junio. Aún quedan 52, la mayoría con la salud muy deteriorada, incluidos los más jóvenes. Se estima que existen unos 150 prisioneros políticos pacíficos más.
En el curso de la historia, cuando se ha llevado a cabo una negociación, se ha hecho un alto en la confrontación por todas las partes. No se trata de renunciar a los principios, sino de facilitar el logro de resultados. Siempre han existido sectores adversos a la flexibilidad y aferrados a sus intereses particulares. En Cuba, después de 51 años de animosidad, la desconfianza y el arraigo al pasado son muy fuertes. Pero más lamentable aún son los improperios lanzados y el cuestionamiento contra una institución tan seria como la Iglesia Católica Cubana y todos aquellos que apoyen sus gestiones.
La convicción de que se procura lo mejor para la Patria y el pueblo cubano, sin obnubilación, permite soportar las incomprensiones y vituperios, los mismos que en muchas ocasiones han sido utilizados por las autoridades para denostar a los pacíficos e indefensos integrantes de la sociedad civil, acusando de mercenarios, pagados desde el exterior; falsedades que podrían comprobarse con sólo procurar un poco de información. Algunos de quienes disfrutan de la democracia en el exterior no dan muestra de ser capaces de poder utilizarla allí adecuadamente, y por tanto, no sabrán ejercerla cuando se comience a extender en Cuba.
Dentro del archipiélago es fundamental procurar condiciones para el avance de las gestiones de la Iglesia Católica. No se es ingenuo, pues se saben los obstáculos procedentes de sectores inmovilistas con gran posibilidad de decisión dentro del gobierno. Pero hoy Cuba es más diversa y demanda la participación de todos los cubanos.
Por otra parte, la actual decisión de la Unión Europea no puede verse aislada. Desde hace meses se aprecia un amplio movimiento entre los gobiernos, que incluye posibles coordinaciones con Estados Unidos y algunos países de Latinoamérica. La involucración del Papa no debe tomarse a la ligera. Aunque la Iglesia Católica Cubana es el negociador principal, evidentemente cuenta con el poderoso apoyo del Vaticano. ¿Acaso los cubanos de aquí y de allá, donde quiera que nos encontremos, no vemos el horizonte?
1 comentarios:
¿Que horizonte?
¿Acaso un horizonte donde se nos sigue ignorando?
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