«Si para ser pintores sociales tienen que ser críticos y andar planteando problemas, si no pueden hacer una obra dedicada a celebrar todo lo bueno, entonces es preferible que esos vejigos se pongan a pintar paisajes, naturalezas muertas, y hasta que se metan a abstractos. ¡Y mejor todavía es que no pinten nada!» (palabras de Perfecto Estable, 60 años, jubilado, entrevistado el 27 de octubre de 1988 en la Galería Habana).
"La retroabstracción geométrica: un arte sin problemas: es sólo lo que ves",
Desiderio Navarro (La Gaceta de Cuba, junio 1989)
Mientras en nuestro país todavía aparecen jóvenes postmodernistas trasnochados que, con bomba y platillo y no sin un oportuno apoyo mediático, promueven el "anything goes" de hace 30-40 años, el regodeo formal onanista, un pragmatismo cínico hacia el mercado, la indiferencia, el silencio, la desvinculación social y todo lo que justifique, sobre todo entre los jóvenes, un arte y una crítica apolíticos en estos momentos decisivos de la política nacional, por el planeta desde hace años se observa cada vez más en primer plano la repolitización del arte y del discurso sobre el arte, impulsada por artistas y pensadores de prestigio mundial. No por casualidad a ese proceso dedicó todo un dossier el reciente número 36 de Criterios, y tampoco por casualidad acaba de dedicarle todo un excelente número la fraterna revista española Estudios Visuales, dirigida por el teórico y crítico José Luis Brea, bien conocido entre nosotros.
Criterios hará llegar en sucesivas entregas varios archivos PDF adjuntos con textos del número 7 (enero 2010) de Estudios Visuales --entre otros, los de la afamada teórica holandesa Mieke Bal y el influyente filósofo francés Jacques Rancière.
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