«¡Muerta primero!». Reyna Luisa Tamayo, la madre del disidente Orlando Zapata,no piensa dejar de oponerse a los Castro, a pesar del acoso constante al que está sometida por parte de turbas afectas al régimen. «A las seis de la mañana ya están ahí, a la puerta de mi casa, son cientos».
El domingo pasado no la dejaron llegar al cementerio donde está enterrado su hijo Orlando, pero ella consigue ir entre semana: «Lo que no quieren es que nadie vaya conmigo, ni familiares ni las Damas de Blanco, pero voy a seguir», asegura a LA RAZÓN en conversación
telefónica.
Diversas organizaciones de defensa de derechos humanos, Amnistía Internacional entre otras, han exigido que cese el acoso al que está siendo sometida esta mujer, que todavía se duele de sus rodillas tras ser agredida el domingo. Pero eso no le importa, afirma, porque piensa llevar su lucha hasta el final: «No voy a dar gusto a los que asesinarona mi hijo y, ahora, tratan de asesinar a toda mi familia. No voy a ser doblegada por ellos. La muerte de mi hijo no quedará impune», asegura Reyna Luisa desde su casa de Banes.
Entre tanto, el régimen sigue hostigando silenciosamente a cientos de opositores en las provincias del oriente de la isla. Los cinco miembros de la Alianza Democrática Oriental detenidos el pasado 12 de agosto continúan bajo custodia policial en Guantánamo.
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