Las Damas de Blanco en Cuba han expresado su "preocupación" por la vida de Reina Tamayo, madre del disidente fallecido en febrero en huelga de hambre Orlando Zapata Tamayo, ante las "brutales" agresiones de las que ha sido víctima en las últimas semanas, junto a otras mujeres de esta organización integrada por familiares de los presos políticos.
Berta Soler, una de las portavoces de las Damas de Blanco, aseguró a Europa Press que las agresiones contra estas mujeres, pero en especial contra Reina Tamayo, "se mantienen y se hacen cada vez más fuertes" en el interior de la isla, en especial, en la provincia de Holguín (este), donde vive la madre del opositor fallecido.
"Lo que más nos preocupa es que en esas agresiones no participa sólo gente vestida de civil mandada por el régimen, sino también hombres de verde olivo, con uniforme militar que las detienen y las golpean con palos de una manera muy brutal", dijo Soler en declaraciones telefónicas.
Soler aseguró que los "hostigamientos" hacia las Damas de Blanco en La Habana "han cesado" desde mayo, tras la intermediación ante el Gobierno de Raúl Castro del arzobispo de la capital cubana, el cardenal Jaime Ortega, "pero en el resto de la isla ha seguido, por eso decimos que, pese a la excarcelación anunciada de 52 opositores, en Cuba nada ha cambiado".
Los hechos de violencia son "constantes" pero se repiten "siempre" los domingos cuando Reina Tamayo sale de misa en el pueblo de Banes (Holguín) e intenta ir al cementerio a visitar la tumba de su hijo que murió tras más de 80 días en huelga de hambre. "A ella le impiden ir porque la golpean y la maltratan junto a las personas que le acompañan", expresó.
La situación de la madre del disidente "es tan grave" que las Damas de Blanco "tememos que en una golpiza pueda perder la vida ella o alguno de sus hijos o cualquiera de las 'damas de apoyo' que nos acompañan en nuestra lucha en el interior" de la isla, alertó Soler.
Reina Tamayo había informado a Europa Press de nuevas agresiones de "agentes del Gobierno" contra su persona durante la marcha del pasado domingo de las Damas de Blanco por las calles de Banes. "Yo tengo dañadas las dos rodillas, que casi no puedo caminar, porque un hombre me llevó a empujones hasta la puerta de mi casa. A mi hijo José Luis le dieron un tremendo golpe en la cabeza que le provocó dolores durante algunas horas", explicó.
Además, Tamayo denunció la vigilancia a la que les tiene sometidos el régimen desde que su hijo Orlando murió, convirtiéndose en un nuevo símbolo de la disidencia. "De diario agentes del Gobierno están enfrente de la casa vigilándonos. Incluso uno intentó colarse por el patio de atrás, no sé qué más les queda por hacernos", se lamentó la activista.
Ante esta situación, Soler cree que los ataques contra las integrantes de esta reconocida organización han cesado en La Habana "porque aquí está el cardenal Ortega, están los periodistas extranjeros, las embajadas y los consulados donde se puede denunciar directamente ante el mundo, pero en esos pueblos no hay nada de eso".
Las Damas de Blanco piensan que las agresiones a sus compañeras son un asunto "que se le ha salido de las manos al Gobierno de Castro", o que "simplemente el régimen no quiere hacer nada por mejorar las cosas y hacer caso a las peticiones que le hacen desde afuera".
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