Por: Isbel Díaz Torres-La Habana-Cuba.
(HAVANA TIMES) En la avenida 25, al oeste de La Habana, construyen lujosos apartamentos para altos oficiales del Ejército y el Ministerio del Interior. Tal práctica contrasta con las construcciones a escasos kilómetros de allí, en la localidad de San Agustín.
Cada amplio balcón de los edificios de que hablo ostenta no uno, sino dos lámparas con bombillos incandescentes. No sé si los futuros inquilinos estarán en el deber de ahorrar, como el resto de los ciudadanos de este país. Las anchas puertas de cristal y las persianas blancas seguro ayudarán en este sentido.
Como de seguro todos poseerán automóviles, ha sido preciso construir amplios parqueos en los bajos de cada edificio. Las puertas con control remoto para acceder a ellos sin bajarse del auto son “un grito” para los incivilizados vecinos de La Lisa. Dicen algunos habitantes de San Agustín que los baños son muy modernos también, con duchas eléctricas y cuanta “pacotilla” la imaginación popular coloque en aquellos aposentos.
Un hermoso jardín rodea toda la instalación, y este, a su vez, es rodeado por un delicioso muro perimetral. El control de acceso detendrá al despistado transeúnte que intente ensuciar ese césped con su indigna suela.
Dinero y materiales para eso, hay.
Fue preciso que yo denunciara ese hecho en una pasada Asamblea de Rendición de Cuentas (momento en que el delegado de la comunidad informa de sus gestiones a los electores).
Intentaban allí justificar el atraso en la entrega de materiales constructivos a una doctora que había trabajado en Venezuela y que, habiéndosele otorgado un apartamento, lo cedió a cambio de algunos materiales para reparar su casa.
Años pasaron, pasaron ciclones, construyeron los lujosos edificios de apartamentos mencionados, y a la doctora no otorgaron lo suyo. De igual modo, miles de familias cubanas afectadas por los desastres meteorológicos, aún esperan por un hogar propio donde vivir.
¿Es ético eso? ¿Es esa la “moral socialista” de que habla nuestra Constitución? Quisiera pensar que no. Quisiera pensar que ha sido un error que ya se apresuran a subsanar.
Lugar apartado, con muros y garitas, con cercas… Me imagino que las altas figuras que habitarán esas habitaciones, al tomar sus altas decisiones, estarán pensando todo el tiempo en ese pueblo valeroso que leen en el periódico o ven por el Noticiero Nacional de Televisión. Ahora me siento más seguro.
1 comentarios:
Son la "nueva clase" que dispone de vidas y haciendas sin límite alguno.
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